Las protestas por inmigración en Los Ángeles continúan generando tensión y disturbios tras tres días consecutivos de movilizaciones contra la política migratoria de Trump. La policía declaró toda la zona del centro como una “asamblea ilegal” y ordenó a los manifestantes dispersarse, mientras tropas de la Guardia Nacional custodiaban edificios gubernamentales.
Crisis por la política migratoria de Trump
Las protestas por inmigración en Los Ángeles comenzaron como una reacción a las políticas federales que buscan deportaciones masivas y un cierre más estricto de la frontera sur. La administración Trump impuso como meta a ICE el arresto de al menos 3.000 migrantes por día, lo que ha generado fuertes críticas por parte de funcionarios locales.
Líderes estatales como el gobernador Gavin Newsom calificaron el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional como “ilegal”, advirtiendo que emprenderán acciones legales para detener lo que consideran una provocación innecesaria.
Violencia y confrontaciones en las calles
El domingo por la noche, las protestas por inmigración en Los Ángeles se tornaron violentas. Manifestantes arrojaron objetos contundentes contra los policías, incendiaron vehículos –incluidos autos autónomos de la empresa Waymo– y bloquearon la autopista 101.
La policía montada intentó dispersar a los participantes, declarando varias reuniones como ilegales. El jefe de policía, Jim McDonnell, condenó la violencia y afirmó que las manifestaciones estaban “fuera de control”.
Se reportaron 10 arrestos durante la jornada del domingo, sumando 29 detenidos la noche anterior. McDonnell insistió en que todos tienen derecho a protestar pacíficamente, pero subrayó que la situación ya había cruzado los límites.
Reacciones del gobierno federal
Desde Washington, Trump calificó las manifestaciones como “turbas insurreccionistas” y pidió mano dura. En redes sociales, escribió: “¡No dejen que estos matones se salgan con la suya! ¡Hagamos a América grande otra vez!”
Aunque no ha activado formalmente la Ley de Insurrección, el secretario de Defensa indicó que las fuerzas armadas están en alerta y listas para intervenir si la violencia continúa en manifestaciones en California como las de Los Ángeles.
La alcaldesa Karen Bass acusó al gobierno federal de provocar una escalada innecesaria de tensión y también condenó a los manifestantes que recurrieron a la violencia.
Presencia militar y derechos civiles
El Departamento de Seguridad Nacional informó que la Guardia Nacional ha sido desplegada para proteger edificios federales y apoyar a las autoridades locales. Al menos 300 efectivos están posicionados en puntos estratégicos de la ciudad.
Según la organización America’s Voice, encabezada por Vanessa Cárdenas, el gobierno de Trump está usando las protestas contra ICE como una excusa para abusar del poder y generar confrontaciones deliberadamente.
Las protestas por inmigración en Los Ángeles reflejan el creciente descontento social frente a políticas migratorias que muchos consideran inhumanas y autoritarias. La comunidad inmigrante, junto con defensores de los derechos civiles, sigue organizando manifestaciones en defensa de los derechos de los migrantes y contra lo que perciben como un ataque a la soberanía de California.
A pesar del caos, las protestas por inmigración en Los Ángeles siguen ganando apoyo entre diversos sectores de la sociedad, que exigen una reforma migratoria justa y el fin de las políticas represivas.
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