El “hacedor de reyes”: Trump disfruta su diplomacia mientras aspira al Nobel de la Paz

Acuerdos de paz de Donald Trump y su impacto global

Donald Trump, quien se autodenomina el “presidente de la paz”, está convencido de que puede lograr acuerdos de paz de Donald Trump que sus predecesores no consiguieron, mostrando al mismo tiempo su habilidad y su poder.

Durante su campaña, Trump defendió una política Estados Unidos primero que rechazaba el papel tradicional del país como policía mundial. Sin embargo, sus primeros 200 días en la Casa Blanca han contado una historia diferente.

Donald Trump defendiendo los acuerdos de paz de Donald Trump en un discurso presidencial
Donald Trump defendiendo los acuerdos de paz de Donald Trump en un discurso presidencial

Según un funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo condición de anonimato, Trump saborea su papel como mediador principal y cree que puede cerrar acuerdos que eludieron a otros presidentes, ya sea que tenga éxito o no. “Le encanta estar en posición de ser un hacedor de reyes para todos estos países más pequeños y débiles del mundo”, afirmó la fuente.

El impacto global de los acuerdos de paz de Donald Trump

Trump recuerda constantemente al público las guerras que, según él, ha detenido, subrayando lo prolongados que han sido esos conflictos internacionales. La semana pasada, llevó a los líderes de Armenia y Azerbaiyán a la Casa Blanca para asegurar un acuerdo de paz entre estos países históricamente enfrentados. Este sería el sexto pacto de su segundo mandato, aunque su papel exacto en al menos uno de estos casos está en disputa.

“He resuelto seis guerras en los últimos seis meses, un poco más de seis meses ya, y estoy muy orgulloso de ello”, declaró el jueves en el Despacho Oval.

Este viernes, sin embargo, afrontará quizás su mayor reto: reunirse con el presidente ruso Vladímir Putin para intentar poner fin a la guerra en Ucrania.

El impacto global de los acuerdos de paz de Donald Trump
El impacto global de los acuerdos de paz de Donald Trump

De acuerdo con otro funcionario de la Casa Blanca, Trump ha centrado su atención en estos acuerdos de paz de Donald Trump porque cree que puede usar la influencia de Estados Unidos para resolverlos. Una postura que contrasta con su campaña de 2024, en la que priorizó los asuntos internos frente a los conflictos extranjeros.

“En la campaña solo sabes hasta cierto punto lo que está pasando, y cuando llegas a la Casa Blanca comprendes lo que realmente ocurre en el mundo”, comentó el segundo funcionario, refiriéndose a los informes de inteligencia que recibe el presidente. “En muchos sentidos, si [Trump] lo hubiera sabido antes, probablemente habría sido una parte más importante de su campaña”.

El interés de Trump por la mediación de Trump en conflictos también está motivado por su deseo de ganar el Premio Nobel de la Paz, un objetivo que persigue desde hace años. El mes pasado, incluso llamó personalmente al ministro de Finanzas de Noruega para preguntar sobre el galardón.

Varios líderes extranjeros han aprovechado esta ambición para ganarse el favor del presidente. Al menos seis mandatarios involucrados en recientes acuerdos han nominado o apoyado la nominación de Trump, entre ellos el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el primer ministro camboyano Hun Manet. Este último lo nominó después de que Trump lograra sentar a Camboya y Tailandia en la mesa de negociación amenazando con suspender las conversaciones comerciales si no resolvían su disputa fronteriza.

Además de Camboya y Tailandia, funcionarios de la Casa Blanca aseguran que Trump ha desempeñado un papel en pactos de alto el fuego o acuerdos entre Irán e Israel, Ruanda y la República Democrática del Congo, India y Pakistán, Egipto y Etiopía, Armenia y Azerbaiyán, y entre Estados Unidos y los hutíes en Yemen. Sus intentos han sido menos exitosos en Gaza y Ucrania. No obstante, la Casa Blanca ha dado pocos detalles sobre su implicación estratégica.

Cercanos a Trump señalan que esta serie de acuerdos de paz de Donald Trump entre países en conflicto encaja con su visión de “Estados Unidos primero”, ya que vincula la firma de la paz con beneficios comerciales, como ocurrió recientemente con Armenia y Azerbaiyán. “En cada uno de estos acuerdos ha habido algún beneficio económico para Estados Unidos”, destacó el primer funcionario.

Los críticos, sin embargo, cuestionan la sinceridad de Trump y la durabilidad de estos acuerdos. John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional durante su primer mandato, puso como ejemplo el pacto entre Camboya y Tailandia, donde ya se han registrado incidentes violentos después del alto el fuego. “Logró que firmaran un cese de hostilidades para cerrar sus acuerdos comerciales. Tal vez dure más de unos días, quién sabe. Las causas de fondo, como los problemas fronterizos, no se han resuelto”, afirmó Bolton.

“Esta es una política de Donald Trump primero”, añadió. “Quiere el Premio Nobel de la Paz. Creo que ya todos reconocen que eso es lo que lo motiva”.

Su interés por alcanzar acuerdos de paz de Donald Trump no es completamente nuevo. Durante su primer mandato, Trump impulsó los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones diplomáticas entre Israel y varios países árabes, y también facilitó la reanudación de vínculos económicos entre Serbia y Kosovo.

En su actual mandato, ha defendido una menor participación en organizaciones internacionales y un enfoque más transaccional y nacionalista, rechazando el calificativo de aislacionista.

Este viernes, Trump aplicará esa política en su reunión cara a cara con Putin. En los días previos a la cumbre, tanto él como sus asesores han bajado las expectativas, describiéndola como un “encuentro exploratorio”.

De todos los conflictos internacionales activos que heredó al llegar al cargo, Trump pensó que el de Rusia y Ucrania sería “el más fácil” de resolver. El jueves admitió que “en realidad es el más difícil”.

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